Nunca te preguntes ¿Por qué a mí? y piensa ¿Por qué no a mí?
Tener un hijo con alguna discpacidad es un golpe duro para todos, pero cuando le miras su carita inocente y vez la belleza del alma a través de sus ojos... Te das cuenta que eres una madre especial, elegida por tu capacidad de amar y de entregar.
Todos tus esfuerzos, tu lucha, tus sacrificios, no son en vano... porque tienes el privilegio de amar todos los días de tu vida a un hijo infinitamente especial que te acompañará siempre.
Antes de tener un hijo, durante el embarazo, sueñas despierta con todo lo que esperas de él, lo que va a estudiar, cuántos hijos tendrá, etc. Es decir, antes de nacer ya tiene una carga de expectativas que tú has fomentando sin siquiera consultarle, pero cuando nace un hijo especial...
- Debes aprender a vivir el día a día, porque cada día junto a ellos es un milagro que te regala la vida.
- Además debes aprender a respetar sus intereses, sus capacidad, sus logros.
- Comprender que él o ella tienen su propia vida y no puedes vivirla por ellos.
- Aprendes a enamorarte de lo simple, de lo que nadie ve, de lo que la gente entiende como obvio y que para nosotros es un gran logro.
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